lunes, septiembre 7

Pequeñas rutinas rescatadas del olvido

¿Que haces ahora?
Pintarme las uñas, nunca lo he hecho antes. Al menos así. Ver series de televisión, dormir, cuidarme, pensar.
¿Qué piensas?
Pienso en los espacios que ya no están, no los que eran del otro, sino los mios, los que dejé de visitar precisamente porque nos autoatrapamos en espacios comunes.
¿Estas triste?
No sabría decirlo. Cuando algo que se quería desaparece, es inevitable, supongo, estar triste. Pero no sé si lo estoy tanto como es lógico. Incluso no parece que lo vaya a estar.
¿Por qué no estas tan triste?
No lo sé. Quizás llevaba meses con la mano levantada despidiéndolo. He estado muy triste. Pero ahora, que es cuando toca, no lo siento. Quizás no lo he asumido. Quizás soy mejor de lo que era y eso me hace más fuerte. Quizás el muerto estaba en pie, y sólo necesitaba morir para estar tranquilo.
¿Qué hacías antes cuando estabas triste?
Hasta ahora, sólo me he preocupado de mantenerlo a flote. Cada día me levantaba pensando cómo podría salvarlo, qué oportunidad o camino no estaba logrando ver que me llevaría a la dicha absoluta. Qué boba. Ahora ya no hay nada que salvar. O quizás no quiero salvarlo, porque ya no siento miedo a que desaparezca.
¿Y ahora?
Y ahora, es el alivio. No tengo que levantar nada ya. No hay nada que salvar. No pienso en ello. Pero me he dado cuenta de que he desterrado una parte de mí misma. Es hora de que los hijos pródigos vuelvan a casa.
Es la hora de los valientes. Sólo necesito cosntruir un lugar donde sentarme a leer.
El resto será lo que tenga que ser.
Tengo toda la vida para esperarme a mí misma.
Creo que estoy mirando a la gárgola a la cara, y no dudo que mis armas puedan triunfar en esta batalla.
¿Qué has hecho para conseguir todo esto?
Pintarme las uñas. Sólo eso.

jueves, septiembre 3

La hora de los valientes

Es la hora de los valientes.

De tomar aliento, acogerse en los brazos y salir al mundo.

Y no desfallecer.
He vuelto, porque necesito escribir, porque este es el primer día del resto de los días y tengo un mundo por descubrir.
Y porque tengo miedo.

jueves, enero 24

El camino hacia uno mismo

Con todos sus días para estrenar; cada hora una sorpresa, cada cita, un camino distinto que se hace realidad.


Me miro al espejo y reconozco en cada una de mis arrugas los pequeños sacrificios que desde este nuevo año parecen los pasos necesarios del camino hacia la felicidad.



No he cambiado nada. Es sólo que cada día soy más yo. Y está empezando a gustarme.
Feliz año nuevo.

miércoles, octubre 3

Las castillas

En medio de la vorágine, de pronto, encuentro un lugar para perderme, al margen del mundo.

Dónde el calor cotidiano, que uno creía cenizas, se convierte en vergel, fuego intenso y caricias en las que dejarse consumir.

Un lugar ignoto que sin embargo te acoge, con el orgullo de saber que quién reclama tus favores pertenece a la saga de los sencillos, de los que con bondad y sapiencia cosen los límites de su propia grandeza. Bonito galgo negro entre mis brazos, de casta le viene.

Porque a veces uno percibe el mundo lleno de espinas y, sin embargo...

Se puede encontrar la felicidad a la vuelta de la esquina, cada recuerdo en el pequeño nicho de un palomar, cada caricia, cada deseo, tendido al sol en un paisaje en el que los límites de la mirada son infinitos. Y tú, que me adentras en tu mundo, qué niño fuiste en bicicleta por las Castillas.
No me importa dónde vayas, pero me gustaría ser siempre el lugar al que vuelves.

domingo, julio 1

Pequeños milagros

A veces, el miedo se nos echa encima con tanta intensidad que apenas alcanzamos a reconocerlo. Hay cosas, sin embargo, que vistas desde tan cerca son pequeños milagros, que existen para alejar el pánico de nuestros huesos.


Ójala pudiera tener una mirada como esta, vacía de temor y experiencia y llena de promesas y descubrimiento. Reir por el puro gusto de reir, sabiendo que un momento de sonrisa llena el mundo de luz. De luz de luna, blanca en su pureza, tan bonita que es difícil de creer, quizá.


Pero existe. Puede que el telón del miedo caiga, pesadamente, sobre el escenario. Los actores se quedan mudos. Y la luz violeta gana terreno, la de ella, que me entiende por encima de una amistad no sabida, no concretada, porque sabe lo que es amar, así, en todo el sentido hortera y magnífico de la palabra, amar con las entrañas y los poros, querer a quien puede devolvernos una mirada llena de luz, mi niño, su niña preciosa.


Y después encuentro sus palabras, de cuando aun no sabía hablar, de la primera vez que me dijo: hertaina. Se llena todo de blanco.
He decidido asumir el miedo y seguir sin hacerle caso. Quizá necesite unos ojos para ver la blancura, pero cuento con su preciosa mirada. Y seguramente será lo que más importe, la isla en la que estaremos dentro de poco, una playa en que perdernos los dos con el curso del agua, pero esta vez juntos, el uno al lado del otro, acompañándonos sin ahogarnos.
Contar con su mirada.
Hoy se me olvidó un poquito que soy la persona con más suerte del mundo. La luna me ha devuelto mi imagen:


Yo también soy una niña en sus brazos.

sábado, junio 2

La princesa en su palacio

Un lugar para el descanso, a la orilla de nosotros mismos...

Donde el fuego no quema y las conversaciones saben a hierbabuena.

Un lugar donde incluso dibujar pasa por normalidad, cuando normalmente suele ser un privilegio.

Un palacio digno de una princesa como Ana. Gracias por compartirlo.

domingo, abril 1

Más luminoso que el sol


Fin de semana de impaciencia. Entre tanta mediocridad cotidiana, alguien sublime se acerca al mundo. Estoy deseando acogerlo en mis brazos.

Y de pronto, la luz.

El mundo es más bonito cuando se puede contar con ciertas cosas...

Cuando alrededor todo es lo que debe de ser, y no la amargura del aburrimiento que a veces veo reflejado en algunos rostros, afortunadamente, nunca en los de aquellos que me importan.

Y ahora si que es la buena, está de camino, y sé que esta vez nada va a torcerse. Está aquí, a punto de llegar, y he tenido el privilegio de poder documentarlo este fin de semana. Gracias, Morita, por permitírmelo.

domingo, febrero 18

Mercado de San Isidro


Los sábados por la mañana el barrio es un parque de atracciones, y el mercado, nuestro caballito preferido.

Cualquier cosa allí es pura artesania.

martes, enero 30

Imitando al gato


Él mezcla humo con un pequeño bufido de felicidad...

lunes, enero 29

A cat's headache



El sábado, a pesar del terrible dolor de cabeza, show must go on.





Las pruebas que hice con el micrófono, único elemento estático a mano, no sirvieron tanto como hubiera querido; la mayoría de las fotos se desenfocaron bajo el yugo de un pulso provocado por la terrible jaqueca que acumulaba desde el mediodía...




Aún así, estoy satisfecha de algunos resultados:





Estos chicos tocan bien, tienen un gusto musical exquisito y, aunque se mueven demasiado, son carne de zoom...
No se los pierdan, próximamente en su sala de conciertos!!

martes, enero 16

Cuenta atrás


Haciendo un balance del tiempo transcurrido...