Un lugar para el descanso, a la orilla de nosotros mismos...
Donde el fuego no quema y las conversaciones saben a hierbabuena.
Un lugar donde incluso dibujar pasa por normalidad, cuando normalmente suele ser un privilegio.
Un palacio digno de una princesa como Ana. Gracias por compartirlo.
Lo vio
BB
a las
7:01
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