domingo, abril 1

Más luminoso que el sol


Fin de semana de impaciencia. Entre tanta mediocridad cotidiana, alguien sublime se acerca al mundo. Estoy deseando acogerlo en mis brazos.

Y de pronto, la luz.

El mundo es más bonito cuando se puede contar con ciertas cosas...

Cuando alrededor todo es lo que debe de ser, y no la amargura del aburrimiento que a veces veo reflejado en algunos rostros, afortunadamente, nunca en los de aquellos que me importan.

Y ahora si que es la buena, está de camino, y sé que esta vez nada va a torcerse. Está aquí, a punto de llegar, y he tenido el privilegio de poder documentarlo este fin de semana. Gracias, Morita, por permitírmelo.